Proyecto: Pé No Monte
Arquitectura: [i]da arquitectos
Ivan de Sousa, Ines Antunes
Ubicación: Monte Novo da Cruz, Odemira, Portugal
Ingeniería: Matriz XXI Engenharia
Paisaje: 2arq - arquitectura e exteriores
Contratista: Regulconcrete construção civil e obras públicas
Fecha: 2010 - 2014
Área: 820 m2
Fotografía: João Morgado
Situado sobre la costa del Alentejo, el Monte Novo da Cruz es una propiedad rural fuertemente caracterizada por una tierra suavemente ondulada con pendientes a veces pertinentes. La presencia de una cortina de altos arboles a lo largo del perímetro suroriente y de una densa vegetación cerca de un arroyo al sud poniente se destacan en el paisaje. En el centro de la propiedad, en una posición alta, hay una construcción rural antigua en un avanzado estado de degradación.
La propuesta para el Monto Novo da Cruz busca establecer un dialogo contrastante entre el actual y el nuevo edificio que a veces se mezclan entre sí, creando una suave transición entre el pasado y el presente. Esta relación se materializa a través de dos tipos de intervenciones, colocados en diferentes niveles sobre el suelo:
En el nivel superior, la intervención consiste en recuperar y ampliar el edificio existente para la los dueños de la finca. La composición de la planimetría está compuesta por una sucesión de espacios que terminan en un salón común con doble altura y una chimenea central. En el lado nororiente se encuentra el acceso principal así como las áreas de apoyo intercaladas con pequeños patios ajardinados que ayudan a la iluminación y ventilación natural. En el lado suroriente, por el contrario, se encuentran las áreas principales con vistas al jardín y a la piscina.
En el nivel inferior, la intervención se traduce en un nuevo edificio independiente que se adapta a la topografía del terreno y utiliza la pendiente para diferenciar la casa de las zonas de los huéspedes. Este largo volumen, medio enterrado y perpendicular a la línea de árboles, conserva la escala de la casa y refuerza la verticalidad de la vegetación. Su singular fachada se caracteriza tanto por una amplia abertura que enmarca las vistas del paisaje, como por una pérgola independiente que reduce la cantidad de luz solar que entra a las habitaciones y al mismo tiempo proporciona privacidad a los huéspedes.
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